¿Qué es la negligencia médica pediátrica?
Una negligencia médica pediátrica puede definirse como un perjuicio provocado sobre la salud física o emocional de un menor por parte de un médico.
Esto puede darse por falta de cuidado o atención, por desconocimiento o por un despiste a la hora de interpretar pruebas, dar una medicación, etc. En todos estos casos, la consecuencia es que el menor tarda más de la cuenta en recuperarse de una dolencia o, en el peor de los escenarios, sufre un daño o lesión mayor.
La negligencia médica pediátrica es sinónimo de descuido, desatención, imprudencia o mala praxis. Por eso, es importante actuar, ejercer nuestros derechos como pacientes y solicitar que el sanitario sea evaluado y, si procede, expedientado.
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Errores médicos más frecuentes en pediatría
Trabajar con niños en el ámbito médico es complejo: tienen dificultades para contar lo que les pasa y eso exige que los profesionales de la medicina sean muy observadores, estén completamente actualizados y tomen todas las precauciones necesarias para evitar estos problemas.
En general, identificamos cinco grandes bloques de situaciones en las que se produce la negligencia pediátrica:
Errores de diagnóstico
No identificar una enfermedad correctamente es una de las mayores fuentes de conflicto cuando se aborda la atención sanitaria de los niños y niñas. En estos casos, lo que suele ocurrir es que el médico no termina de entender bien qué le pasa al menor y, por tanto, no propone un tratamiento adecuado.
- No detectar una meningitis: es una de las situaciones más serias que se pueden dar. Esta enfermedad progresa rápidamente y tiene consecuencias permanentes para el enfermo.
- Confundir síntomas de una enfermedad grave: condiciones congénitas, síndromes importantes o virus de gravedad suelen pasar inadvertidos para médicos que realizan valoraciones superficiales en las visitas de sus pacientes.
Errores en la medicación
Otro de los grandes problemas se da a la hora de pautar la medicación necesaria para sobreponerse a una enfermedad. En estos casos, la situación puede desembocar en dos caminos: o el niño no termina de sanar porque no está recibiendo la medicación suficiente o, en el peor de los escenarios, es sobremedicado y puede tener consecuencias muy negativas para su organismo.
- Dosificación incorrecta: el caso más habitual es que el médico mande menos medicación de la cuenta o que se pase a la hora de valorar el peso del niño o su edad.
- Alergias no detectadas: más graves pueden ser las alergias no detectadas, que pueden dar lugar a situaciones tan graves como el shock anafiláctico.
Faltas de seguimiento
La atención médica, especialmente en el caso de menores y de enfermedades graves, no se limita a una única visita. En un alto porcentaje de las situaciones, el médico debería asegurarse de que el paciente responde al tratamiento y de que la enfermedad o infección desaparezca.
- No solicitar las pruebas necesarias: en ocasiones los médicos dejan pasar las pruebas que certifican que el diagnóstico ha sido correcto y que la dolencia ha remitido.
- Alta hospitalaria prematura: en los casos en los que el niño es ingresado, la negligencia médica se da cuando se le da el alta antes de tiempo, sin que la recuperación haya sido completa, lo que puede dar lugar a recaídas.
Mala praxis en urgencias pediátricas
En las salas de urgencias es donde se registran más negligencias médicas a lo largo del año.
El principal problema es que muchos centros no cuentan con suficientes pediatras de guardia. De este modo, los niños son, en ocasiones, atendidos por médicos de familia que no están especializados en el tratamiento de menores.
En otras ocasiones, la falta de pericia por parte del pediatra hace que se den algunas de las situaciones señaladas en los apartados anteriores: pasar por alto alergias, no dar bien las pautas de medicación o errar en el diagnóstico.
Negligencias en el parto que afectan al recién nacido
Las negligencias en los partos son bastante delicadas porque afectan al recién nacido, pero en muchas ocasiones también a la madre.
Las situaciones que se dan, además, suelen estar relacionadas con problemas permanentes que amenazan con cambiar para siempre la vida del recién nacido. Hablamos de casos como el daño cerebral, la parálisis cerebral o la creación de problemas respiratorios, casi todos ellos derivados de no haber planteado bien el proceso de parto del bebé.
¿Cómo se prueba una negligencia médica en pediatría?
La reclamación debe ser un paso tenido en cuenta por todas las familias que han sufrido una negligencia médica pediátrica. Así, se trata de resarcir mínimamente el daño causado al niño, así como evaluar y penalizar al médico si realmente ha actuado de manera incorrecta.
Para ello, es importante aportar todas las pruebas posibles sobre el daño que ha sufrido el pequeño.
Por supuesto, la clave está en la historia clínica. Pero estos datos deben ser ampliados por informes periciales médicos realizados por personal independiente, testimonios de testigos, segundas opiniones y valoraciones de expertos.
Además, en el caso de que sea posible, la defensa de la familia deberá buscar y certificar otros casos anteriores que pongan en duda la eficiencia del médico o, si así ocurre, su decidida mala praxis.
Pasos legales para reclamar negligencia médica pediátrica
Un abogado especializado en este tipo de casos será el aliado más conveniente a la hora de probar una negligencia médica en pediatría y, especialmente, de llevar el caso ante la justicia para lograr el objetivo de la familia y ahorrarle todo el dolor posible.
Lo primero que haremos será encargarnos de recopilar las pruebas y plantear una estrategia de acusación contra el médico responsable del daño al menor.
En un segundo paso, se suele plantear una reunión con el centro médico. Allí, se expone el caso y se trata de negociar una solución que no solo aporte algo de consuelo a la familia, sino que asegure que ese médico no va a cometer más errores similares en el futuro.
Si no llega a un acuerdo, entonces se inicia una demanda legal. Los especialistas de Javaloyes Legal nos encargamos de que tú, como persona afectada, sufras lo menos posible durante el proceso.
Cuando una negligencia médica lo cambia todo, nuestro interés es que encuentres algo de ayuda sin que esto suponga pasar por un mal trago para ti o para tu familia.
Una vez obtenida una sentencia satisfactoria, nos encargaremos de que la otra parte cumpla con lo establecido por el juez, así como de hacer frente a posibles recursos o solicitudes de revisión del caso.
En estos casos, el paciente y sus familiares deberán ser indemnizados.
Con todo ello, lo que pretendemos en Javaloyes Legal no es solo que tu dolor se apacigüe en medida de lo posible, sino que los hospitales españoles sean lugares cada vez más seguros para todos los niños que acuden a ellos diariamente.
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Preguntas frecuentes
La negligencia infantil es una forma de negligencia médica que afecta a menores cuando un profesional sanitario incumple su deber de cuidado, ya sea por omisión, error diagnóstico o tratamiento inadecuado.
Puede causar daños físicos, psicológicos o un agravamiento de la enfermedad del niño.
El plazo para reclamar depende del ámbito. En la sanidad pública es de un año desde que se producen las secuelas y se consolidan, mediante una reclamación patrimonial contra la Administración.
En la sanidad privada, se aplica el plazo de prescripción de 5 años para iniciar una demanda civil por responsabilidad contractual. En Cataluña, el plazo de prescripción para reclamar una negligencia médica, incluida la pediátrica, es de 3 años desde que se producen o se consolidan las secuelas
Las negligencias pediátricas más habituales pueden agruparse en cinco grandes bloques:
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Errores de diagnóstico: no detectar enfermedades graves como una meningitis o confundir síntomas relevantes.
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Errores en la medicación: dosis incorrectas o no detectar alergias.
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Faltas de seguimiento: no solicitar pruebas necesarias o dar un alta hospitalaria prematura.
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Mala praxis en urgencias pediátricas: ausencia de pediatras de guardia o falta de pericia en la atención inmediata.
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Negligencias en el parto que afectan al recién nacido: complicaciones no atendidas que pueden derivar en secuelas permanentes.