Negligencia médica por maniobra de Hamilton

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La llegada de un nuevo miembro a la familia es uno de los momentos más importantes de la vida. Sin embargo, la ilusión se puede ver empañada cuando surgen complicaciones derivadas de intervenciones inesperadas. En el caso de la maniobra de Hamilton, aunque está admitida por la lex artis, puede llegar a provocar un profundo malestar físico, emocional y psicológico si se aplica sin consentimiento o fuera del protocolo.
Recién nacido en brazos de su madre tras el parto, en contexto de negligencia médica por maniobra de Hamilton mal realizada.

En qué consiste la maniobra de Hamilton

También conocida como “barrido de membranas”, esta técnica obstétrica tiene como objetivo inducir el parto de manera natural. Se lleva a cabo mediante un tacto vaginal en el que se introduce un dedo por el cuello del útero para separar manualmente las membranas del saco amniótico de la parte interna del útero. Con esto se estimula la producción de prostaglandinas, unas sustancias que favorecen las contracciones y el inicio del trabajo del parto.

Esta maniobra se recomienda en aquellos casos en los que la gestación ha superado las 40 semanas y el cuello del útero está ya algo dilatado; cuando hay indicios de que el parto puede iniciarse pronto de manera espontánea.

Aunque se considera una técnica menos invasiva que otros métodos de inducción como la administración de oxitocina o las prostaglandinas sintéticas, no está exenta de riesgos. Debe practicarse siempre con criterio clínico y bajo consentimiento informado.

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Cómo detectar negligencia médica tras una maniobra de Hamilton

Se entiende que hay negligencia médica cuando se produce a la mujer, como consecuencia de una mala praxis o por incumplimiento del deber de información, un daño que sería evitable si se hubiera actuado correctamente.

Algunos de los signos que pueden indicar que se está en presencia de una actuación negligente son:

  • No se ha informado previamente a la paciente de que se va a realizar esta maniobra.
  • No consta consentimiento verbal ni escrito de la mujer en la historia clínica.
  • Se practica sin justificación médica. Por ejemplo, antes de cumplirse las 40 semanas de embarazo o con el cuello uterino cerrado.
  • No se ha registrado en la documentación clínica el momento, motivo o resultado de la intervención.
  • Se han producido efectos adversos previsibles y evitables como rotura de la bolsa, infecciones, un parto inducido sin progreso, sufrimiento fetal, etc.

Además, puede ocurrir que a consecuencia de la maniobra de Hamilton mal practicada, el parto termine en una cesárea de urgencia o requiera del uso de instrumental.

Complicaciones maternas tras una maniobra de Hamilton mal ejecutada

La maniobra realizada de forma negligente puede dar lugar a complicaciones a nivel tanto físico como emocional:

  • Dolor intenso que puede ir acompañado o no de sangrado vaginal.
  • Rotura prematura de membranas que puede dar lugar a infecciones o a un parto prematuro no planificado.
  • Contracciones uterinas dolorosas que no desembocan en un trabajo de parto efectivo.
  • Desencadenamiento de un parto prolongado o distócico, que puede acabar en un parto instrumental o en una cesárea.
  • Problemas psicológicos. Muchas mujeres denuncian haber vivido esta maniobra como una agresión, especialmente cuando se realiza sin la debida información y sin su consentimiento.
  • Complicaciones ginecológicas. Si no se lleva un adecuado control tras realizar la maniobra, la madre puede desarrollar infecciones o complicaciones ginecológicas.

Posibles lesiones en el bebé por errores durante la maniobra de Hamilton

Cuando la maniobra no está bien realizada, también se convierte en un riesgo para la salud del bebé. Algunas de las posibles consecuencias son:

  • Hipoxia perinatal. Falta de oxígeno que puede provocar daños cerebrales permanentes.
  • Parálisis cerebral infantil. Cuando la falta de oxígeno afecta al desarrollo neurológico.
  • Lesiones nerviosas como parálisis braquial o parálisis facial, que pueden ser consecuencia de un parto instrumental forzado tras la inducción.
  • Infecciones neonatales. Si la rotura prematura de membranas no ha ido seguida de un control adecuado.
  • Nacimiento prematuro. Si la maniobra provoca contracciones sin que el cuerpo esté preparado.

Estos daños conllevan una gran carga emocional, y también económica, para la familia. En los casos más graves, el niño requerirá atención médica, terapias y ayudas especiales durante el resto de su vida.

César Jorge Lama Muñoz, abogado y economista especializado en negligencias médicas y gestión hospitalaria.

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Pasos legales para reclamar una indemnización por daños derivados del barrido de membranas

Si la forma de llevar a cabo esta técnica se puede considerar negligente, la paciente tiene derecho a reclamar una compensación de daños, sin importar si recibió asistencia sanitaria para el parto en un hospital público o en uno privado.

Recopilación de toda la documentación clínica

El primer paso es preparar toda la documentación médica relativa al embarazo, el parto y el postparto. Esto incluye:

  • Historia clínica completa: visitas prenatales, controles, informes ecográficos, etc.
  • Partograma del parto.
  • Registro de monitorización fetal.
  • Informes de atención durante el parto. Debería indicar si se realizó la maniobra de Hamilton y en qué condiciones.
  • Informes neonatales.
  • Consentimientos informados (si los hay).
  • Informes de alta médica.

Esta documentación es esencial para poder demostrar si se siguió o no el protocolo médico correcto. Con frecuencia, la ausencia de consentimiento informado o de anotaciones sobre la maniobra es un indicio de que hubo mala praxis.

Estudio médico-pericial del caso

Con la documentación ya lista, el siguiente paso es encargar un informe pericial elaborado por un médico especialista en ginecología/obstetricia o en valoración del daño corporal. Este se encargará de analizar si la actuación sanitaria fue o no conforme a los estándares médicos aceptados en la práctica clínica.

El informe valorará:

  • Si la maniobra de Hamilton estaba clínicamente indicada.
  • Si se informó adecuadamente a la paciente.
  • Si se respetó el protocolo obstétrico.
  • Si la maniobra contribuyó de forma directa o indirecta a los daños sufridos.
  • El alcance de las lesiones o secuelas físicas y/o psicológicas.

El informe pericial es una de las pruebas más importantes a la hora de acreditar la relación de causalidad entre la actuación médica y el daño.

Elección de la vía legal

La reclamación puede seguir diferentes cauces en función de si la atención se prestó en un centro sanitario público o en uno privado.

  • Centro público. Primero hay que presentar una reclamación por responsabilidad patrimonial ante la Administración Sanitaria. Si esta no responde, o su respuesta es negativa, entonces se puede interponer demanda ante la jurisdicción contencioso-administrativa.
  • Centro privado. Se interpone una demanda por responsabilidad civil profesional en los juzgados de lo Civil, frente al hospital, la aseguradora o el médico.

De forma excepcional, si el daño es muy grave, se puede interponer una querella criminal por lesiones. No obstante, esta vía no es demasiado habitual, porque exige un nivel de prueba mayor a las anteriores. Queda reservada para los casos que han dado lugar a secuelas muy graves o han causado la muerte de la madre o del bebé.

Determinación de los daños reclamables

Hay que cuantificar los daños según sean: personales, molares, materiales o daños al bebé. Además del perito médico, para llevar a cabo la valoración también pueden intervenir otros especialistas como un psicólogo forense o un perito economista. 

Los profesionales se encargarán de valorar económicamente todos los perjuicios para poder incluirlos en la demanda.

Presentación de la demanda y proceso judicial

Cuando la documentación, los informes periciales y la valoración de los daños están listos, se presenta la demanda.

El proceso puede terminar de tres formas:

  • Desestimación. Si el tribunal considera que no se ha demostrado mala praxis o relación de causalidad.
  • Indemnización pactada. Si hay acuerdo con la Administración o la aseguradora.
  • Sentencia favorable. Si el juez reconoce que hubo negligencia y establece una indemnización.

Reclamar una negligencia médica por maniobra de Hamilton no es solo una manera de compensar los daños sufridos, es también una vía para reivindicar el derecho de las mujeres a tener un parto que respete sus decisiones, informado y seguro. Si necesitas ayuda con tu reclamación, en Jayaloyes Legal somos expertos en Derecho sanitario.

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